Archivo de Capataco

¿Tucumán sigue ardiendo?

Posted in Todo está guardado en la memoria with tags , on julio 17, 2009 by artepoliticamenteincorrecto
El Siluetazo
 El Siluetazo                                                                                                                                                                     » Primero fueron sus pañuelos blancos en sus cabezas, después la ronda de los jueves en la plaza, acto reiterado, sistemático, obsesivo que, como en un teatro callejero, irán cambiando cada vez, sus protagonistas, que serán hombres, mujeres, jóvenes, adultos, ancianos, estudiantes, trabajadores que irán llegando de los más diversos lugares. Luego fueron las siluetas de papel que en una jornada de diciembre de 1983, fantasmales, invadieron la plaza y alrededores y como muda presencia sólo se disolvieron al día siguiente por efecto de una lluvia que fue a completar un cuadro que se cerraba en una escena final trágica.»
Juan Carlos Romero, «La lucha de los artistas contra el olvido» en Ana Longoni, Mariano Metsman, El Siluetazo, Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2008.
¿Tucumán sigue ardiendo?  
ANA LONGONI  
Arte y política en la calle: de los años 80 al 2001 

«En los primeros años 80, postrimerías de la última dictadura militar, se concretaron algunas iniciativas de artistas que proporcionaron una visualidad a la lucha contra el Estado genocida. La más emblemática de estas producciones visuales fue la realización de miles de siluetas humanas a escala natural, estampadas sobre papeles que luego se pegaban de pie sobre paredes, árboles y columnas. Esta práctica se inició durante la noche del 21 de septiembre de 1983, en ocasión de la III Marcha de la Resistencia convocada por las Madres de Plaza de Mayo, y produjo un impacto notable no sólo por la modalidad de producción (los manifestantes prestaban el cuerpo para que cientos de realizadores tomaran su contorno, que pasaba a representar a uno de los desaparecidos) sino por el efecto que causó la multitud de siluetas interpelando con un grito mudo a los peatones desde las paredes de los edificios céntricos, a la mañana siguiente. El procedimiento, que había sido iniciativa de tres artistas visuales (Rodolfo Aguerreberry, Julio Flores, Guillermo Kexel), fue socializado de allí en más y se convirtió en sucesivas movilizaciones en una contundente forma visual de señalar la presencia de una ausencia.   Contemporáneamente, también actuaba en Buenos Aires un grupo de artistas  denominado primero Gas-tar y luego CAPataco (“colectivo de arte participativo tarifa común”, sigla que encierra un chiste en base al doble sentido de colectivo como grupo y como transporte público de pasajeros). Este colectivo llevó a cabo hasta comienzos de los 90, una serie de intervenciones callejeras (gráficas, performáticas), en su mayor parte vinculadas a movilizaciones populares, por fuera del circuito artístico. Fue además el que buscó tender un puente hacia Tucumán Arde, rastreó a sus protagonistas sobrevivientes, le atribuyó una paternidad que sentía vacante. Algo similar ocurre en Rosario, cuando una nueva generación de artistas organiza en 1984 unas jornadas de rescate de obras, documentos, manifiestos y testimonios del Grupo de Arte de Vanguardia de Rosario, autodisuelto luego de Tucumán Arde.  Estos jóvenes artistas rearticulaban así una memoria artística y política, quebrada por el feroz silenciamiento que implicó la dictadura. Aquella fue una reivindicación casi secreta, marginal y precursora: muchos años más tarde Tucumán Arde ingresará al relato oficial del arte argentino, y será una referencia ineludible para aquellos que se propongan articular arte y política. »

http://www.arteamerica.cu/8/dossier/longoni.htm

Capataco-Colectivo de arte participativo tarifa común. Capataco-Colectivo de arte participativo tarifa común.

Murga de la muerte, Grupo Capataco, 1986